Vueltas de tuerca

9 de agosto de 2002 - Comentarios desactivados en Vueltas de tuerca

El cine empezó, tímidamente, con estilo documental. Tomó impulso, y alguien empezó a filmar una representación teatral. Los «entendidos» diagnosticaron: «La técnica venció. Las representaciones en vivo van a desaparecer». Mientras tanto, el cine desarrolló todas sus fantásticas posibilidades, pasó con Orson Welles por la cumbre de «El Ciudadano», y se fué a «La guerra de las galaxias».
Y el teatro? Muy bien, gracias! Se filtra por todos los recovecos de la vida; y en salas formales, en sótanos o en altillos, en casas recicladas o en una plaza, alguien en algún momento está representando para alguien, aquí sí en vivo y en directo, los problemas humanos. Sin embargo…

Louis Malle, eminente director cinematográfico, viaja a Nueva York, entra a un teatro en la calle 42, y filma un supuesto «ensayo general» de «Tío Vanya» de Chejov. Casi sin escenografía, con un vestuario discretísimo. Actuación teatral pura. Y el resultado es una película maravillosa!
Pero, otra vez volvemos a decir: sin embargo…
Arthur Miller, dramaturgo, crea la obra a la que alguien calificó certeramente como la mayor expresión teatral del siglo XX: «La muerte de un viajante». Y, deliberadamente, el autor le aplica un tratamiento cinematográfico. La acción se desarrolla en forma alternativa en el presente y en el pasado, en la dura realidad actual y en los sueños y pesadillas de los recuerdos del protagonista, en escenas simultáneas. A los espectadores les llega la respiración del agobiado Willi Loman, pero todo el conjunto es cine puro!

Efecto tango

5 de agosto de 2002 - Comentarios desactivados en Efecto tango

No, no estoy hablando de la supuesta «enfermedad económica» que desde Argentina estaría contagiando al Mercosur. El verdadero «efecto tango» es el que nació en el siglo XIX, soportó a pie firme todos los altibajos del XX, y resurgió con toda la polenta en el actual.
Como dijo el vate, es el que «en un pernó unió a París con Puente Alsina», y «contagió» al mundo entero. El mundo podrá no entender las causas de la espantosa crisis que azota a nuestro país, pero millones de personas, en cualquier latitud, «sienten» a la Argentina «cuando tu canto nace al son de un bandoneón».
Y para terminar, no puedo resistir la tentación de tirar sobre la mesa esto, que tres argentinos armaron sobre la cuestión:

«Alguien le dice al tango
——————————–
Tango aquel del Maldonado
con menos agua que barro;
tango silbado al pasar
desde el pescante del carro.
——————————–
Tango que fuiste feliz
como yo también lo he sido,
según me cuenta el recuerdo
que está hecho un poco de olvido.
———————————
Yo habré muerto y seguirás
orillando nuestra vida;
Buenos Aires no te olvida,
tango que fuiste y serás.»

Letra: Jorge Luis Borges
Música: Astor Piazzolla
Primera grabación: Edmundo Rivero (1965)

Antónimos

3 de agosto de 2002 - Comentarios desactivados en Antónimos

Un viejo diccionario Vastus de la Editorial Sopena, se expedía así, con buen criterio, sobre «civilización»: Conjunto de ideas, ciencias, artes, etc., que caracterizan el estado social, político y cultural de un pueblo.
La Real Academia quiso «mejorar» esta definición, y sentenció esto: Estadio cultural propio de las sociedades humanas mas avanzadas por el nivel de su ciencia, artes, ideas y costumbres.
Pavada de diferencia, no?
Pero lo interesante es que cuando se interroga a los diccionarios de antónimos sobre el que le corresponde a la conflictiva palabrita, hacen mutis por el foro y se anotan en el casillero «no sabe, no contesta».

Ahora, tratemos de deducirlo por nuestra cuenta. Será «barbarie»? Será «primitivismo»?
Civilización es Internet o la bomba atómica? El bombardeo de Guernica o el mural «Guernica» de Picasso?
Primitivismo es la ideología de los talibanes, con su sojuzgamiento a todo lo femenino, o el ancestral culto a la Pacha Mama, nuestra Madre Tierra?
Sarmiento, el Gran Cruzado Civilizador, creador de la disyuntiva de hierro «civilización o barbarie», describe con cariño el bucólico cuadro de su madre tejiendo en un «primitivo» telar, debajo de una higuera, en un patio de San Juan.

Holofernes y el niño

1 de agosto de 2002 - Comentarios desactivados en Holofernes y el niño

En vacaciones de invierno florecen y se expanden los espectáculos para chicos. Al conjunto se lo suele llamar «teatro para niños», si bien no todas son obras teatrales, ya que suelen incluirse también presentaciones musicales o de tipo circense, opciones muy respetables por cierto.
En mi infancia no existían esas posibilidades, salvo quizás los espectáculos de títeres. Recuerdo haber visto a la famosa compañía de «Los títeres de Podrecca». Por otra parte, ya lo dice el tango (siempre hay un tango):
«…y aquel titiritero,
de voz aguardentosa,
nos daba la función».

Sin embargo, aquel niño que fui acompañaba a sus padres, entusiastas seguidores de todas las presentaciones del IFT (Idisher Folks Teater-Teatro Popular Judío), el cual, en su deambular por distintas salas, actuó en una oportunidad en un altillo en la calle Paso, cerca de Corrientes. Se presentaba una obra llamada «Judith», probablemente una alegoría sobre la lucha por la libertad. La protagonista era interpretada por la conocida actriz Golde Flami. De la obra en sí no recuerdo nada, salvo una escena que quedó para siempre imborrable en mi memoria.
Decidida a eliminar a Holofernes, Judith se presenta ante él, y luego de un breve diálogo, ambos se retiran al interior. Pequeño suspenso, con la escena vacía, y de pronto emerge Judith triunfante ¡con la cabeza cortada de Holofernes en la mano, agarrada por los pelos! (Ver despues al actor que lo interpretaba, en el saludo final, apenas si alivió algo el susto.)
Hoy el horror, y mucho mas terrible, quedó confinado en las series enlatadas de la televisión.

Felipe o el golpe

31 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Felipe o el golpe

Un viaje a Bariloche en tren, en el 53 o 54 del siglo pasado. Es decir, en la incierta época luego de la muerte de Eva Perón, y antes del golpe del 55. El tren, con coche cama, salía el jueves al anochecer y llegaba a destino el sábado antes del mediodía.
El viernes a la noche estábamos en pleno desierto neuquino. Hoy parece extraño pensar que en aquel momento todavía no existían las radios portátiles.
Asi que, cuando el tren paró después de las nueve, en medio de una profunda oscuridad, en una pequeña estación que parecía surgida de la nada, los viajeros que bajaron a estirar las piernas, se alegraron de oir en la radio de la estación, puesta a todo volumen, el famoso programa «Felipe» con Luis Sandrini.
Todavía no se hablaba de «rating», pero los viernes a las 21 «todo el mundo» escuchaba a Sandrini, por lo que parecía que nos reencontrábamos con la ciudad que habíamos dejado hacía mas de 24 horas.
Sin embargo, las pocas personas que estaban en la estación, quizás trabajando allí, no se interesaban por «Felipe». En aquellos tiempos ya corrían rumores de golpe («chirinadas» les decía Perón). Y los locales, suponiendo que al venir de la Capital estaríamos mejor informados, ansiosamente nos formulaban la clásica pregunta argentina, que luego se repetiría por décadas:
«¿Va a haber golpe?».

Aplique la térmica

29 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Aplique la térmica

El otro día me despaché sobre las patinadas verbales que venían de la Madre Patria. ¿Y por casa como andamos?
Caso A: Un vagón de subte porteño. Publicidad de una agencia , que para exhortar al supuesto interesado a usar sus servicios, le vocifera: «Aplique ya!» Aplique que? Una patada en el trasero del que pergeñó el aviso, quizás? No, se trata de una agencia que gestiona visas para radicarse en Estados Unidos, y que, probablemente para que nos vayamos ambientando, toma la solicitud del inglés (aplication) y crea un verbo spanglish, y en la propia capital del tango.
Caso B: Cuando hablamos de los inventos locales nunca nos acordamos de la «sensación térmica». Dicen que en Europa no se consigue. Pero, sabemos que significa la palabra «sensación»? Porque algún locutor criollo, canchero el hombre, nos dice: «Temperatura – 10, la térmica – 8″. Quiso decir la temperatura térmica, quizás? O la llave térmica?
En fin, del idioma sencillo, natural, al cocoliche. el camino está muy resbaladizo, y… «en todos lados se cuecen habas».

Presente

27 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Presente

Una definición, quizás hereje, del término «historiador», podría ser como «el estudioso que reformula permanentemente los sucesos del pasado desde la fugaz óptica del presente».
Esto se pudo apreciar en estos días, con motivo del amplio arco de opiniones a que dió lugar la revaloración de la figura de Eva Perón, con motivo del 50º aniversario de su fallecimiento. La mayoría de estas opiniones estuvo enfocada desde el punto de vista de la situación actual del país, y se transcribieron distintos conceptos que le pertenecen, en función de considerarlos vigentes hoy.
De entre tantos, rescato uno, el cual, además de la personalidad de quien lo formuló, tiene una profundidad que le asigna una validez permanente:
«Donde hay una necesidad, hay un derecho».

Avanti!

23 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Avanti!

Este navegar por la Red (sí, la globalización creó esta extraña imagen: navegar en una red) me permite enterarme, a través de los diarios de la Madre Patria, de los últimos gritos de la moda en materia de idioma español.
Por supuesto, la autoridad que dictamina al respecto, es la Real Academia Española, la cual, al parecer, en su afán de no ser tildada de conservadora, simple y sencillamente, ha tirado la chancleta, como decimos por estos lares.
Así, entre innumerables ejemplos, nos enteramos que la Academia ha incorporado al Diccionario (su diccionario) pequeños monstruos verbales como, por ejemplo, «evitación: acción y efecto de evitar», o «entreno» (por entrenamiento).
Por otra parte, ha bendecido el término «constitucionalización», muy útil para armar trabalenguas, ya que, en lo que a nuestro país se refiere, aquel que algún día nos constitucionalice buen constitucionalizador será.
De todos modos, queda la duda si los nuevos términos son válidos para todos los hispano hablantes, o tan solo, como parece razonable suponer, para los habitantes de España. Porque, continuando con la ojeada a los mismos diarios antes mencionados, uno se tropieza con «protocolario», «¿ligamos?», o, hablando del Mundial (el Mundial por antonomasia, digo yo) «el morrón coreano».
La Academia suele bautizar, y así corresponde que sea, a ciertas palabras como «argentinismo» o «peruanismo». Entonces, Señora Academia, a ver: para cuando los «españolismos»?

Post data imprescindible

21 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Post data imprescindible

Cuando redacté «Comer o no comer» dejé planteados algunos interrogantes.
Sin embargo, una posible respuesta ya había sido dada hace muchos años. Y es buena la oportunidad para transcribir el pensamiento de una de las mas eminentes personalidades del teatro: Antón Chejov.
«Es preciso hacer una obra donde la gente entre y salga, coma, hable del tiempo, juegue al vint; que en la escena todo sea tan complicado, y al mismo tiempo tan sencillo, como en la vida. La gente come, no hace otra cosa que comer, pero mientras tanto se van forjando sus destinos dichosos, se van destruyendo sus vidas…»
(Citado por Galina Tolmácheva)

Post data necesaria

21 de julio de 2002 - Comentarios desactivados en Post data necesaria

En mi comentario «Opera y futbol» intenté, aparte de la «cuestión de fondo», como dirían los juristas, un contraste entre ambas actividades que, por lo arbitrario, me sonaba interesante.
Pero, como de costumbre, la simple realidad supera a la mas rebuscada ficción. Hoy recordé que hay alguien que reúne en su persona las características de experto en futbol y comentarista de ópera: el simpático conductor oriental Victor Hugo Morales.